Sin a penas darnos cuenta, el estrés se ha convertido en una de las enfermedades más comunes del siglo XXI. Está ahí, es invisible y, a la vez, es la raíz de muchos de los problemas que nos afectan hoy en día, tanto a nivel psicológico como de manera física.
En CNC Dental estamos preocupados por tu salud, no solo dental, sino general, por eso te recomendamos la visita a un profesional si notas que el estrés te puede estar afectando de alguna forma, ya que en un tiempo seguro que lo agradecerás.
La salud dental, en este caso, tampoco se salva y también puede verse afectada por culpa del estrés. Te lo contamos a continuación.
¿Cómo puede afectar el estrés a nuestros dientes?
Tener estrés significa, básicamente, estar en tensión durante periodos de tiempo muy prolongados. Esto quiere decir que los músculos de nuestra cara también lo están y, por tanto, no se llegan a relajar en ningún momento. Evidentemente, permanecer en este estado de manera continuada, tiene sus consecuencias. Los dientes superiores e inferiores entrarán en contacto con una frecuencia mucho mayor a la habitual y, sobre todo, los dientes sobre los que se sujeta la articulación temporomandibular serán los que tengan una mayor presión.
¿En qué se traduce esto? Al chocar nuestros dientes, se produce un desgaste en la dentina. Cuanto más choque haya entre dientes, evidentemente mayor será el desgaste. Por tanto, habrá mayores probabilidades de lesión.
Al mismo tiempo, también podremos padecer problemas de bruxismo.
¿Cómo podemos identificarlo?
Como hemos comentado en la introducción, el estrés es prácticamente invisible hasta el momento en el que aparece. Cuando notamos dolores que no tienen causa aparente, es cuando podemos detectar la posibilidad de que sea por estrés.
Está claro que no podemos pasar por alto determinadas situaciones de nuestra vida cotidiana. En el trabajo, con nuestra familia o cualquier otra situación que nos pueda llegar a preocupar a diario nos puede provocar estrés. Debemos estar al tanto para intentar solucionarlo cuanto antes e impedir que se convierta en un problema mayor.
A pesar de esto, es difícil frenar el estrés y para prevenir los dolores causados por este lo único que podemos hacer es visitar periódicamente al dentista, quien quizá pueda detectarlo.
Para que te hagas una idea, los problemas más habituales que genera el estrés son, básicamente, estos tres:
- Bruxismo: aunque es verdad que puede tener muchas causas, el estrés es una de las más habituales. Ya que se trata, ni más ni menos, de la presión de los dientes superiores e inferiores. Podemos llegar a detectarlo al ver cambios en nuestros dientes, como desgaste o fisuras en la lengua.
- Trastorno de la articulación temporomandibular: esto ocurre cuando los problemas de tensión comienzan a afectar a nuestros músculos. Si además de los signos propios de bruxismo, sentimos dolor o algún chasquido no dudes en acudir al dentista.
- Enfermedad periodontal: hablamos de este tipo de daño cuando el estrés afecta a nuestras encías. Si al lavarnos los dientes tenemos sangrado, sentimos inflamación o alguna molestia, es una señal identificativa de que debemos acudir al odontólogo.
En cualquier caso, lo más importante es solucionar la primera causa del problema. Es decir, el estrés. Y si no solucionar, al menos reducirlo. Esto lo podemos conseguir practicando algunos deportes como el yoga o, por ejemplo, guardando algunos momentos para ti mismo de meditación. Por supuesto, como hemos dicho anteriormente, la visita a un profesional nos ayudará a acabar con este estado.
