Proteger tus dientes mientras entrenas es importante. Puede que, en ocasiones, les restemos importancia ya que no los utilizamos al hacer deporte, pero están ahí y, como tal, debemos darles el cuidado que se merecen.
Como es evidente, aquellos deportes de contacto como pueden ser las artes marciales, el baloncesto o el rugby, son los que más protección requieren, pero los demás deportes también suponen riesgo.
Si quieres prevenir los riesgos de lesiones por impacto y choque en los dientes o ATM (trastornos de la articulación temporomandibular) utiliza un protector, ya que estas lesiones pueden desembocar en empastes, endodoncias o incluso se puede llegar a perder algún diente, lo que no solo afecta a nivel físico, sino también a nivel psicológico.
¿Cómo debe ser un buen protector bucal?
Puede que nunca hayas utilizado un protector bucal y ahora te lo estés empezando a plantear. Al principio, lo normal es que surjan muchas dudas sobre cuál es la mejor opción o cómo saber si estás eligiendo correctamente. Debes saber que lo más importante es su capacidad para ajustarse a la forma de tu boca, ya que durante el deporte nos movemos bastante y para que nos proteja correctamente deberá permanecer durante todo el tiempo en el mismo lugar.
Otro factor que influye es su grosor, pues debe tener la medida óptima para absorber correctamente cualquier impacto y, además, reducir la intensidad con la que apretamos los dientes. Esto último es importante ya que evitará fracturas y desgaste dental. Lo ideal es que tenga, más o menos, 3mm de grosor.
Di: ¡no! al protector universal
Te recomendamos que si vas a invertir en protección, busques la mejor opción y te protejas de verdad. En un principio, un protector universal puede parecer la mejor opción al ser lo más sencillo. En este caso, el camino fácil no suele ser el más acertado y aunque veamos muy cómodo ir a una tienda, comprarlo y listo, probablemente tengas que volver a por otro. Esta vez al dentista.
Además, se ha comprobado que el nivel de lesiones frente a los que no llevan ningún protector, es la misma, por lo que podemos confirmar que es totalmente ineficaz.
La mejor opción: un protector bucal personalizado
Y ahora sí, te recomendamos el tipo de protector bucal que puedes elegir para no equivocarte. Como hemos hablado anteriormente, un factor indispensable que debe tener un protector bucal es su capacidad para ajustarse y no moverse durante la práctica del deporte. Para que esto sea así, deben adaptarse a la perfección y para ello, no queda otra opción que hacerlo a medida.
Si quieres uno de estos protectores, deberás acudir a tu dentista, quien te realizará un molde de tu propia dentadura.
Está claro que esta es la mejor opción, porque además de ser el más cómodo, no se mueve ni se cae y responde muy bien a la forma de apretar los dientes que tengamos. Por supuesto, protegen tanto los dientes como la mandíbula y los tejidos blandos. Además, al estar tan adaptado a ti, te permitirá hablar y respirar con facilidad.
Este protector bucal pueden utilizarlo también aquellos pacientes que lleven ortodoncia o aparatos.
Un buen protector bucal hará que disfrutes del deporte como te mereces, de manera cómoda y sin preocuparte de los golpes. Solo tendrás que concentrarte en disfrutar al máximo y llegar a casa con la satisfacción de haberlo dado todo.