La concepción que se tiene de prótesis dental a día de hoy no es ni muchísimo menos la de antaño. Y no deja de ser curioso que ya desde las civilizaciones antiguas encontrásemos este elemento odontológico. Huelga decir que nada tiene que ver, ni estética ni funcionalmente, con lo que tenemos a día de hoy, pero debemos agradecer que se empezase tan pronto a investigar sobre el tema.
Y, como no todo iba a ser hablar de nosotros, hoy queremos hacer un pequeño alto para hacer un repaso, a modo de anécdota, a la evolución de la prótesis dental a lo largo de la Historia, y comentar los materiales de los que estaban hechas… cosas que a día de hoy nos pueden parecer impensables.
La prótesis dental en la Historia: Orígenes
Ya las primeras civilizaciones de la Humanidad desarrollaron lo que llamaremos una protoprótesis dental, cuyo origen puede ubicarse en el siglo IV a. C., siendo el diente de animal el utilizado para tal efecto (aprensivos, absteneos de leer esto). Creemos que el paciente receptor del mismo no podría haber lucido mucho su nueva pieza, porque la cantidad de posibles infecciones que le habrían transmitido es posible que hubiese acabado con su vida.
Pero volvamos a la ciencia: habitualmente, estas piezas tendían a ser de animales herbívoros, cuyos dientes no contrastaban en exceso con el de los humanos. La forma de colocarlos, como habrás podido adivinar, era integrándolos en el hueco que había dejado la pieza dental humana y, aquí viene el glamour, la pieza dental animal estaba fijada con unas pequeñas banditas de oro (no vamos a poner fotografías porque quizá os da dentera).
La prótesis dental en la cuna del conocimiento
Con el avance de la tecnología, los griegos comenzaron a usar, al igual que sus vecinos fenicios, oro; metal blando, fácilmente maleable y, por tanto, de sencilla adaptación a los huecos y medidas de los dientes del afortunado receptor de la prótesis dental. Tiempo después comenzó a usarse la madera (como lo lees) y el marfil para estas piezas.
Primera prótesis completa: A finales de la Edad Media.
Y es que no es hasta el siglo XV, usando hueso y marfil, que se desarrollan las prótesis dentales propiamente dichas.
El color de estos materiales era el más parecido al de los dientes naturales. No obstante, cabe decir que el valor de estas prótesis recaía en su funcionalidad y no tanto en sus características estéticas, precisamente… Pero recordad que siglos antes se usaban dientes de animales (ahora el marfil no es tan mala idea… Aunque, ¿te has preguntado de donde sacaban los huesos?).
Pero vamos a por la evolución: La primera prótesis dental de porcelana
Estamos hablando de la última tecnología del siglo XVIII, donde la investigación con nuevos materiales dio como resultado en la idea de hacer pastas minerales que al solidificar tuviesen la tenacidad necesaria para masticar, y el relativo aporte estético como para mostrarla. Tiempo después, se empezó a utilizar oro y plata para realizar las raíces de las prótesis, pero el coste de los materiales era muy alto y la investigación se encaminó hacia otros materiales más económicos.
Y es en plena Revolución Industrial cuando llega un nuevo avance
Cortesía del caucho vulcanizado, abuelo de las resinas de apariencia acrílica (y el resto de materiales que fueron apareciendo).
Hasta llegar a nuestros días
Composite, zirconio, porcelana… Salvo el último, nombres que hace siglos ni existían.
Y es que nos encontramos en una época dorada en la realización de la prótesis dental. Por supuesto, las medidas de seguridad e higiene de la actualidad no permiten margen de error, y las piezas se realizan con la tecnología CAD-CAM, que tampoco permite margen de error en el diseño de la pieza.
Entre los muchísimos profesionales que a día de hoy trabajan, investigan y desarrollan nuevas prótesis dentales, técnicas y herramientas, se encuentra CNC Dental, nosotros, de quien no hablaremos porque ya nos conoces.
Esperamos que este breve viaje por el tiempo te haya dado la oportunidad de agradecer vivir en 2021 y no tener que recurrir al diente de un castor para poder seguir masticando.
¡Nos vemos en el siguiente artículo!
