Hay quien aún piensa que una prótesis sobrevive a cualquier diente. Y de alguna forma puede ser, pero, por supuesto, no sobrevivirá si no recibe el cuidado dental que merece. Y el cuidado de la prótesis dental debe ser, si cabe, mayor que el de un diente natural.
Esto tiene una explicación muy sencilla. Una prótesis dental (con su debido implante) está anclada al hueso de forma fija. No hay periodonto que amortigüe impactos ni fricciones (como puede ser el de un bocado a una manzana, de estas cosas te vas a tener que hacer a la idea).
Y es que, el cuidado de la prótesis dental es imperativo para no tener que cambiarla en un período corto de tiempo (con su consiguiente gasto económico, por supuesto).
Aprende a llevar a cabo el cuidado de la prótesis dental
Vamos a avanzar de forma cronológica, por lo que lo primero será:
Adaptación a la prótesis
El cuidado de la prótesis dental empieza aquí, en el postoperatorio. Por supuesto, durante un tiempo, deberás consumir únicamente alimentos blandos.
Pasado el tiempo que te aconseje tu implantólogo o tu dentista, podrás ir comiendo progresivamente otros alimentos. Pero, sobre todo si la prótesis está en los dientes incisivos, debes evitar morder los alimentos.
Cuidado de la prótesis dental en sí mismo
Vamos con el cuidado habitual, el cuidado activo que se entiende por higiene dental.
No requerirá mucha pericia mantener la prótesis en buenas condiciones:
- Realiza el cepillado de dientes usual. Lo suyo es que lo hagas tras cada comida, aunque con tres cepillados al día, tendrás suficiente.
- Usa el hilo o la seda dental, con cuidado siempre, en los espacios interdentales. Si puedes pasarlo tras cada comida, genial. Si no, con hacerlo por las noches basta.
- Usa un buen irrigador dental, que hará desaparecer cualquier residuo esquivo.
- Por último, enjuágate la boca para eliminar algún resto ninja.
Con esto, garantizas una pervivencia máxima de la prótesis dental. No obstante, acude al dentista habitualmente para asegurarte de que todo marcha como debe.
